Tras la orgía consumista

Este es el aspecto que ofrecía hoy una calle al azar de Salamanca tras la gran farsa de engaño a los tiernos infantes y la orgía consumista que se engancha con la de las rebajas, de los enamorados, semana santa, día de la madre…

No aprenderemos.

El final de la tortura navideña

Tras el gran engaño mundial de los adultos para con los inocentes establecido desde el más alto nivel (televisiones, radios, periódicos on y off line, cadenas de supermercados…) hasta los más familiares (y no por eso menos dañinos) se puede decir que ya termina por esta temporada la tortura y dispendio sin límites ni razón. Costumbres heredadas que se niegan a ser sustituidas por otras más humanas y civilizadas, más conscientes y ecológicas. Pero dejemos la filosofía barata de web de tercera (esta lo es sin duda) para recordar y aprender algo ya que estamos metidos en ello.

La página «La palabra del día» dirigida hace tres décadas por el argentino Ricardo Soca envía regularmente correos informando de temas relacionados con el lenguaje. Suele venir cada uno con una explicación de una palabra, origen, significado y algunas curiosidades. A pesar de un sempiterno gusto por el vilipendio a la RAE y un cierto tufillo anti-español, en general los textos son bastante jugosos y escuetos. En este enlace les dejo el correspondiente a la palabra «Navidad» en la que podrán reconocer alguna de las ideas que he ido vomitando en estas páginas.

Ordinarieces mil

Vean qué trabajo de 10 horas se han currado según dice la página donde encontré esta foto. No tiene desperdicio. Patético (como poco) y ordinario hasta el horizonte y más allá. Lleven su imaginación hasta los momentos de la confección del engendro (¿estará la foto completa’) y si aún se atreven viajen hasta el momento de la retirada del mismo. Se puede completar el imaginario viaje imaginando la primera parte desde la punta del pincel y la segunda desde el punto de vista del sumidero.

Hala, a imaginar.

Anacronismos

No hay instalación belenística que no contenga algún error de tomo y lomo. El lomo no de cerdo, claro, o sí. Cada año encuentro algún errorcillo histórico en los belenes que se monta por ahí el personal. El caso que hoy nos ocupa se encuentra en una instalación de unos 200m2 en la iglesia de «El salvador» de Béjar donde el personal ha colocado un monísimo huertito de tiempos de Xto que contiene patatas, pimientos y naranjas. Concedamos la existencia de las naranjas en aquello lares en aquellos tiempos (dudosa, improbable) pero señores ¡patatas y pimientos! que no salieron de américa hacia estas tierras hasta 16 siglos después, es un poquitín forzado. Al menos no han colocado tomates ni cerdos, dos errores bien habituales.

Y un poquito más allá, en otro diorama, vemos a unos vendedores majísimos, uno de los cuales se dedica al tráfico de peces para peceras que vienen guardaditos los pobres en unas bolsas de plástico mientras terminan sus días en los fanales de cristal. Ni el plástico ni el cristal eran de aquellos tiempos y los peces probablemente terminaban sus días en alguna sartén. Hay que destacar, no obstante, que la confección general del conjunto hace muy entretenido saltar entre las gentes que acuden a verlo, que no son pocas.

Va de exageraciones

Vean los dos ejemplos de exageraciones decorativas que he capturado hoy en Federico Anaya, uno enfrente del otro, quién sabe si por competir.

Este que ven debajo es el más colorido y llamativo entre otras cosas por la variedad de chismes luminosos que me recuerdan a las atracciones de feria.

Pero este otro tiene más mérito, porque la distancia entre las ventanas de la parte derecha no será menor de 5 o 6 metros. Además, aunque no se vea en la foto, también gira en las dos esquinas (izquierda y derecha), así que la guirnaldita en cuestión debe medir entre 15 y 20 metros. No está mal para el concurso de exageraciones.

Una cuestión digna de estudio es la razón de que muchas (casi todas) sean de temática que los cristianos llaman «pagana» y que -en mi experiencia al menos- son colocadas con creencias religiosas judeo-cristianas más que manifiestas.

Pichancico

«Juampa y la raja» es el nombre de un grupo de segovianos salvajes (de Cuéllar concretamente) que tienen una cancioncilla navideña de lo más idónea en estas fechas. Oigan, oigan el temazo y si se escandalizan (no lo creo después de la aparición de los «Mojinos escozíos») ya saben que siempre pueden irse a Disney Plus* o alguno otro de los ñoños lugares que pueblan en informático mundo.

  • Pronúnciese plus y no plas, ya que es palabra latina y como tal debemos pronunciarla. A ver si van a venir ahora los yanquis a reinventar el latín.

Me cago en la puta navidad

«El chivi» expresa en esta cancioncilla navideña el espíritu de este blog con una precisión sorprendente. Hasta el nombre de este video, que ya pensé hace 16 años en usar para este blog.

Mañana tocarán más «pichancicos» gracias a la idea de Juanki (Falken) y a la ayuda de unos vinos, unos quesos y unas anchoas.

Estassss fechassss

El día 23 noche volvía a casa sobre la 1 de la mañana (ya era el 24, vamos) y había en la calle Guerrilleros un personaje entrando en la ancianidad, alto, trajeado, bigotón y tocado con un sombrero y una tajada histórica. Se hallaba parado en la acera con un movimiento que parecía querer arrancar la marcha pero que se confundía con los espasmos previos a una vomitona de primera. El hecho es que los dos o tres minutos que transcurrieron desde que le vi, pasé cerca de él y me alejé repitió el confuso estertor cada 10 segundos más o menos. Me recordó a esta escena del final de «Terciopelo azul (Blue velvet)» la tremenda película del 86 dirigida por David Lynch. El tipo que vi, está claro, no estaba muerto claro, lo iba a estar sin duda cuando despertase en la mañana del 24 con una resaca para recordar.

Y todo por beber y beber como los peces en el río o los humanos en los bares. Añado a continuación la foto de un nuevo bar salmantino que me envió Rocío para mostrarles la decoración tan original que le han «plantao» a los grifos de cerveza.

Belloteros

El belencito que Pepe ha montado a la puerta del bar del hogar del jubilado de Candelario es un primor de trabajo. Es hasta bonito, fíjense qué bajada de pantalones la del que escribe. La base de trabajo son unos bonsais que cuida amorosamente todo el año y que en le han servido como punto de partida del trabajo, realizado con materiales como bellotas, hojas, tierra, plantas y maderas. Hay también un bellotero con un quad y otro con una bici de montaña, personajes habituales en la zona y confieso que no sé si se trata de una forma de protesta o de un homenaje. O quizá tan solo una constatación de la realidad, en cuyo caso deberíamos añadirle al conjunto unos contenedores de basura hoy omnipresentes, como la propia basura, esa marca eterna de nuestra «civilización».

Imagen del belén del bar de Pepe
Imagen del belén del bar de Pepe
Imagen del belén del bar de Pepe
Imagen del belén del bar de Pepe

La navidad es una cerdada

Y si no lo creen a pesar de ver la foto que ilustra la entrada, pueden darse una vuelta por los contenedores que rodean sus casas el día 25 de diciembre por la tarde. O el 1 de enero. O el el 6 de enero, cualquiera vale.

Imaginación, mensaje y elegancia

Estas tres son algunas de las características de la foto que acompaña esta entrada. Se trata de una decoración navideña (estilo nórdico) realizada por personal del Instituto Martaguisela de O Barco de Valdeorras (Orense). Y gastando poco más que imaginación y algo de tiempo. No es poco en los tiempos que corren.

El concurso

Pocas veces puede uno estar de acuerdo con lo que se lee en los artículos publicados en los periódicos digitales (on-line por anglicismo), pero créanme que este artículo del 20minutos que les cito en el que se desarrolla la idea de «a ver quién la tiene más grande» bien podría estar en esta página (blog por anglicismo) con derecho propio y firmado por el menda. Habría alguna gamberrada lingüística más y alguna alusión política menos, sin duda, pero el espíritu de fondo es el mismo que alienta cada año desde 2007 estas letras.

Gracias, Borja Terán, por tu mirada crítica. Cada vez mas aquiescencia y menos crítica. Así nos va, todos con la cabeza baja engullendo estupideces en telepantallas omnímodas y omnipresentes. Para cagarse.

Dios rogando…

Lo que se ve en la foto es uno de los belenes que hay en exposición hasta mañana en el centro cultural «El bodegón» en Béjar (Salamanca). En este bello paraje hay una leyenda sobre la reconquista del lugar a cargo de bejaranos que bajaron de la montaña al mando (y quizá idea) de un tal Pelay González, disfrazados de musgo. Ni que decir tiene que el evento se diluye entre la historia, el mito y la leyenda. El caso es que la tradición de los hombres de musgo ha llegado hasta nuestros días y el día del corpus (antes jueves, hoy domingo) salen varios lugareños ataviados de tal guisa acompañando el sarao que, dicho sea de paso, está declarado de interés turístico.

El belencito o misterio en cuestión que da vida a este comentario está hecho en honor y reclamo de esta tradición. Vean cómo los muñequitos van todos ataviados de musgo (niño dios incluido) y todos con su maza de musgo (niño dios incluido), así unos «A dios rogando y con el mazo dando» y otro, si son uds. «Dios con el mazo dando». Un vaticinio, quizá, de lo que nos ha rodeado y aún rodea, por desgracia.

Ayuntamiento 0’0

Las fotos que ilustran este comentario están hechas hoy mismo, 8 de diciembre, en Béjar. Se trata de el tramo más comercial de la calle mayor y del ágora bejarana, la corredera. Y efectivamente no hay ni una sola luz navideña. A mi, particularmente, me la trae al fresco. Hasta me alegraría si fuese por una causa noble (enviar alimentos a Palestina, asistir a los refugiados, a los menesterosos…) Pero parece que se trata de una de las alcaldadas del actual edil que aún no lleva seis meses en el cargo y ya ha tenido un par de ideas que creo que no le han gustado mucho ni a sus votantes. Una de ellas esta decoración navideña 0,0 (o casi). En realidad he visto una guirnalda, en el arco de entrada del parque, junto a la churrería, pero no he podido fotografiarla porque no estaba encencida.

Es lo que tiene el poder, ñores míos, y la democracia baja en lactosa, gluten, cafeína, alcohol y otras sustancias. AMP (A mi plín) que se decía antes.

Actualización: al final sí que han colocado unas cuantas luces, bastante discretas y algo escasas para lo que suelen ser estas cosas. También han encendido las guirnaldas que estaban apagadas, así que le quitamos la etiqueta 0’0 que ostentaba.

Vean la foto ilustrativa (mala, como casi todas las de este año) en hecha más o menos desde el mismo lugar que de arriba.

Apertura sin alharacas ni aspavientos

Y no por falta de ganas, no crean, abnegados lectores. Ya a mediados de octubre tuve la «dicha» de contemplar cómo la navidad invadía con sus turroncitos y polvoroncitos las estanterías de algunos supermercados. A este paso en poco años no podré cerrar esta página por «fin de temporada» como vengo haciendo desde los inicios.

Y la verdad es que sí hay alguna alharaca. Concretamente ayer tarde -a insistencia de una amiga- bajamos a la plaza mayor de Salamanca donde, oh navitas navitatis, había unos señores moviendo animadamente un dragón blanco iluminado desde el interior mientras otro compañero acarreaba un carrlto con altavoces, amplificador y un pequeño grupo elecrógeno para alimentarlos. Todo un espectáculo que no sé qué cojones tendrás que ver con la navidad, pero bueno. Siempre es interesante ver que el destrozo de tradiciones por equipos de gobierno locales que en otros campos (verbigracia el taurino) tanto defienden a capa y espada (nunca mejor dicho).

En fin, quede inaugurada la temporada 2023-2024 de sufrimientos navideños de diversas índoles.

Queda inaugurada, pues, la temporad

Hala, a gastar a gastar que el mundo se va a acabar (por tanto gastar).

Nota: No hay foto ya que llegamos justo cuando el dragón abandonaba el ágora salmantino.

Moderneces

El vecino del láser en Torres Villarroel es el único de la calle que ha hecho semejante decoración. Menos mal, si hubiese una docena no habría ni estorninos y ni necesidad de discotecas. Eso sí, habría que llevar gafas de sol sobre todo de noche.

Laser en balcón de Torres Villarroel

Campar a mis anchas

La foto que ilustra este comentario podría estar hecha en casi cualquier parte del país. Intentando no mirar las ideologías y creencias de los vecinos (con esfuerzo se puede hacer), verán que detrás del rey mago negro de cartón hay un altavoz de no desdeñables dimensiones que, claro, estaba escupiendo villancicos a todo volumen. Y es que como dice mi amigo Miguel «El problema de esta ciudad (pueblo, villa…) es que todo el mundo va a lo suyo, menos yo, que voy a lo mío».

Hala, campeen a sus anchas, que no pasa nada.

Balcones navideños, uno con altavoz incorporado.

¡Ay Vaca-rena!

Vaca-rena tien un novio
que se llama de apodo Rodolfito…

Pongan uds. música a esta letruja que acabo de pergeñar, o elijan la famosa de la Macarena de «Los del río», copia más afamada su original «Tengo una pena» del grupo «Desmadre 75» que se hizo también muy famoso (pero menos) con aquella de «Saca el gûisqui Cheli».

¡Que tiempos aquellos en que la publicidad del alcohol y el tabaco campaba a sus anchas en la sociedad post-fascista!

Vean a Vaca-rena en plena calle Colón de Béjar haciendo gala de sus mejores postizos para estas-fechas-tan-señaladas.

Vaca descornada con diadema de cuernos de reno (o rena), o sea, Vaca-rena

Osohorterada

Este horrible oso con disfraz de papá noel (o similar) es brillante de día y luminoso de noche. Me resulta difícil decidir si es más feo de día o de noche. Pero debe ser cómodo, al menos tienes dos asientos en sus patas para acoger a los tiernos infantes que por la plaza de Carmelitas de Salamanca pululen.

Oso brillante con camiseta y gorro de santa-claus

Ponerse las botas

El hinchable (enorme) visto en un balcón de una calle estrecha de Salamanca. Nótese en la parte inferior el detalle de las botas que hacen que el muñeco parezca algo más realista (dentro de lo poco que cabe el realismo en este caso, claro).

Papa Noel con botas

Despejando dudas

Una de las labores de los dirigente es, sin duda, la de aleccionar a sus rebaños (no siempre sinónimo de borregos) de la realidad circundante. Por si acaso alguno de nosotros, pobres mortales, no llegamos a la comprensión de la compleja realidad que nos rodea. Muestra de ello son las campañas publicitarias que lejos del adoctrinamiento -las diosas nos libren- aleccionan a la ciudadanía. Pongamos que nuestra borreguez no nos deje darnos cuentas de que el gasto es felicidad. Pues para ello la santa junta-de-castilla-y-león y el excelentísimo ay-untamiento-de-salamanca se preocupan de recordarnos que gastar es un placer e incluso una necedad (perdón, necesidad). Menos mal que aún podemos dormir tranquilos sabiendo que alguien se ocupará de pastorearnos hasta los verdes valle de felicidad consumista.

Salamanca brilla en Navidad, campaña de incitación al consumo de nuestros bienamados gobernantes.

Tengo más bolas…

El «horror vacui» que algunas personas sienten se transfiere en estas fechas desde el interior de sus casas hacia la vista pública. Vean el ejemplo de este árbol, perdón cono, navideño atascado de bolitas multicolores hasta no dejar un hueco disponible. Capturado en la calle Mª Auxilidadora de Salamanca hace un ratito.

Árbol de navidad atascado de bolas

Me quedo pensando en qué poco aprecia esta gente la luz para tapar la ventana con el barroco engendro navideño. Y en que si la decoración interior de la casa es tan abigarrada, qué poco aprecian el espacio. Si existe el verdadero lujo es la combinación de espacio y luz. Sin duda.